¿Por qué las dietas no funcionan?

Te contamos 5 razones por las cuales las dietas no funcionan

Uno de los aspectos más importantes al momento de evaluar a un cliente es entender por qué lo que ha intentado hasta el ahora que no le ha funcionado. Después de haber atendido a más de 1400 personas, he encontrado algunos comunes denominadores que son los que hacen que una dieta no funcione. En este artículo, les estaré compartiendo las 5 razones principales por las cuales una dieta no funciona.

1. Dietas a corto plazo

¿Cuántas veces no hemos escuchado esto? “Hazte una dietica, baja lo que tienes que bajar y ya.” Sin duda este es el chip que nos han inculcado desde siempre al momento de implementar una nueva dieta, especialmente si hablamos de perder peso. Como mal, estoy gordo, hago una dieta, bajo lo que quiero bajar y vuelvo a comer como antes. Y así, van pasando los años y nos acostumbramos a ese ciclo. 

Esta es la lógica con la que comúnmente las personas quieren abordar una dieta y podría tener sentido, ya que seguramente has comido lo mismo toda tu vida y hasta ahora es que estás viendo las consecuencias. El problema está, en no entender que lo más probable es que hayas comido mal desde muy temprana edad. Cereal, yogures de colores (generalmente invadidos de azúcar), empanadas, papitas fritas, mecato, dulces y gaseosas, pueden ser fácilmente la dieta de un niño hoy en día -por lo menos así fue la mía y la de mis amigos-, y de hecho, nadie nos decía nada porque éramos extremadamente flacos y nos hacía “felices”. 

Sin embargo, el hecho de haber comido así desde pequeños nos ha hecho acumular una cantidad de información en nuestro cuerpo que nos puede perjudicar en algún momento. Subir de peso, es solo algo que podemos ver, pero también está la ansiedad, el manejo del estrés, dolores de cabeza, problemas en la piel, alergias, entre otros problemas que también están directamente relacionados con nuestra alimentación. Por eso es importante comenzar a darle otro tipo de información al cuerpo y que esta vez, sea una que nos permita beneficiarnos. 

Antes de entrar a cualquier programa de nutrición y comenzar cualquier dieta, debes estar mentalizado en que es para toda la vida, e igualmente el profesional que te esté ayudando en el proceso, debe cuadrar la alimentación para que la dieta perdure en el tiempo. Sé que es algo difícil de asimilar, la comida es deliciosa y hay que disfrutarla, pero te invito a descubrir nuevos sabores y comenzar a cambiar la comida que nos enferma, por comida que nos brinda salud, energía, bienestar y vida.

2. Una caloría es una caloría

“Come menos y ejercítate más”. Este fue el nombre de una campaña llevada a cabo por Michelle Obama durante la presidencia de Barak Obama para combatir la crisis de salud y de obesidad de Estados Unidos. Así como la mayoría de las dietas no funcionan, esta campaña tampoco tuvo mayor éxito, aunque incentivó a las masas a vivir una vida menos sedentaria. Mucha actividad física no puede sobrepasar una mala dieta. El problema con la dieta fue que se basaba en las calorías que se consumían y las calorías que se quemaban. Si quieren saber un poco más acerca de esta campaña, pueden ver el documental de Fed up en youtube donde podrán profundizar sobre el tema. 

Aunque las calorías siempre se deben tener en cuenta para cualquier plan nutricional, no podemos colocarlas como el factor más importante. La comida es más que calorías, tanto así que dependiendo de lo que comamos, nuestras hormonas reaccionan diferente y nuestro intestino las absorbe diferente. 100 calorías de carne de res, no es lo mismo que 100 calorías de leche condensada. Inclusive 100 calorías de lentejas y 100 calorías de arequipe (los dos contienen carbs) no son lo mismo, porque mientras que uno eleva un poco la insulina, el otro la dispara por los cielos. Creo que ya sabes cual es cual. 

Por esta razón, es importante hacer un plan nutricional que vaya más allá del déficit calórico y se enfoque más en la calidad de los alimentos, sus nutrientes y sus efectos hormonales. Debido a esta interpretación, se ha hecho la más grave recomendación en la historia sobre nutrición, la cual es evitar las grasas, dado que ellas tienen más calorías por gramos (7cal) comparado a los carbohidratos y proteínas (4cal). Esto, ha sido el factor principal para que dietistas, nutricionistas y médicos hayan caído en la recomendación de bajar su consumo para bajar de peso. Lo anterior, nos lleva a la siguiente razón por la cual las dietas no funcionan. Les recomiendo ver el documental de Dr Hyaman en Amazon Prime que se llama “Fat Fiction”.

3. Evitar las grasa

Leche, yogures, quesos descremados, inclusive productos como galletas, cereales y jugos, que no deberían tener grasa, tienen una etiqueta grandísima que te asegura que ese producto es bajo o libre de grasa. Las grasas no engordan, pero sí impactan directamente nuestra salud y bienestar. De hecho, la deficiencia de grasas saludables impacta nuestra salud tanto emocional como física. 

La deficiencia de grasas afecta nuestras hormonas, nuestro sistema inmune, nuestra salud digestiva y de la piel, nuestro peso y nuestra habilidad para lidiar con el estrés. Y por si no lo sabías, una dieta baja en grasas puede afectar nuestro humor, nuestra salud cognitiva, nuestro comportamiento y la función del cerebro en general. Lo cual es completamente lógico, ya que nuestros cuerpos (especialmente el cerebro) están hechos de grasa. Así que, a diferencia de lo que siempre nos han dicho, debemos consumir grasas para que nuestro cuerpo funcione bien (Buenas grasas) puedes descargar nuestra guía para donde hablamos de los tipos de grasa. 

Por otro lado, cuando de nutrición se trata, eliminar o bajar el consumo de un macro nutriente, en este caso las grasas, hace que subamos el consumo de otro macronutriente. Como podemos consumir solo hasta cierta cantidad de proteína sin que esto afecte nuestra salud, el vacío se completa con carbohidratos y azúcares. Los cuales nos traen a la tercera razón por la cual las dietas no funcionan, y es el exceso de producción de insulina.

4. Control de Insulina

La insulina es de las hormonas más importantes, si no la más importante para controlar el peso corporal. Es la hormona anabólica, ella se encarga principalmente de mantener equilibrado los niveles de azúcar en sangre. Cada vez que consumimos alimentos la insulina se dispara, y dependiendo del alimento esta hormona se segrega en mayor o menor cantidad. Las grasas la elevan muy poco, las proteínas un poco más, y los carbohidratos mucho más. Cuando una dieta es baja en grasas, por lo general es alta en carbohidratos, y estos carbohidratos (incluyendo los azúcares) están generando picos de insulina en la sangre cada vez que se consumen. 

Es muy común escuchar personas que llegan a una valoración y me cuentan que la dieta que les mandaron era de 5 a 6 comidas diarias y con porciones de carbohidratos en cada una de ellas, o por lo menos es su mayoría. Este es un gran error, ya que al hacer esto:

1. No deja que el cuerpo entre en un estado donde utilicemos grasa como energía (esto lo puedes leer más a fondo en nuestro artículo de introducción al ayuno)

2. Nos vuelve dependientes a la glucosa, lo cual nos va a mantener con hambre, ansiedad y antojos todo el día, puesto que cada vez que la insulina sube, como consecuencia tiene un bajón, y es en este bajón, cuando nos vuelve a dar hambre, así estemos llenos. (Creo que todos hemos tenido ese sentimiento).

Por eso, me parece sumamente importante hacer una dieta que controle los niveles de insulina a lo largo del día y utilice los carbohidratos de manera estratégica para tener beneficios anabólicos (crear masa muscular) sin las consecuencias que acabo de nombrar. Entre otras cosas y siguiendo la línea de mantener controlada la insulina, hay una última razón y creo que es la que más pesa para que las primeras 4 razones se puedan cumplir, y es incluir alimentos procesados en el plan de alimentación. 

5. Incluir alimentos procesados

Los alimentos ultraprocesados los conseguimos en el supermercado en el 90% de los estantes. Las empresas detrás de estos productos no se interesan en lo más mínimo por la salud de los consumidores, pues el objetivo número 1 de los científicos de alimentos que trabajan para estas empresas, es buscar la forma de hacerlo más rico y extra palatable, para que de esa manera los consumamos más y por la tanto nos volvamos más adictos a su sabor. Por ese motivo incluir alimentos procesados en un plan de nutrición, es una fórmula para el fracaso. 

En mi caso personal, lo que más me ha funcionado a través del tiempo es sacar estos alimentos de la dieta base, no solo por ser altamente adictivos, sino también porque en su mayoría son muy pobres en nutrientes. Me parece incorrecto recomendarle a una persona que consuma alimentos en la que la mayoría de sus ingredientes son incomprensibles. ¿Esto quiere decir que nunca más en la vida podré volver a comerme unas oreo, unas papitas bbq o un pan tajado? No, en lo absoluto. Personalmente no lo he dejado de hacer, pero si encontré nuevos equilibrios y limpie mi cocina de estos alimentos para disfrutarlos en otros momentos y claramente no todos los días. 

Como pueden ver, las 5 razones por las que no funcionan las dietas, están completamente conectadas unas con otras. Asegúrate de mostrarle esto a la persona con la que estés trabajando tu nutrición. Porque es verdad que a punta de McDonalds se puede bajar de peso, de verdad que sí, pero es mucho más importante cuidar tu intestino y mantener un equilibrio hormonal para así cultivar una salud próspera, que perdure en el tiempo y que nos mantenga delgados, con energía y longevidad.